Los embragues y frenos centrífugos se valen de fuerzas centrífugas para transmitir energía (embragues) o para limitar velocidades (frenos).
Como los frenos se basan en un principio físico, los embragues y frenos centrífugos no requieren ninguna fuente de alimentación externa adicional, lo que los convierte en la solución perfecta para las aplicaciones de seguridad.
La principal diferencia entre un embrague centrífugo y un freno centrífugo está en la campana: En un embrague centrífugo, la campana no es fija y comenzará a girar cuando se alcance la velocidad de acoplamiento / funcionamiento. La campana externa de un freno centrífugo es fija y no puede girar. Ello provoca una fuerza de frenado cuando la almohadilla de fricción toca la campana. Al diseñar y poner en funcionamiento frenos centrífugos, deberá prestarse especial atención al tiempo de frenado y al calor máximo.
Los embragues centrífugos se emplean principalmente como embrague de arranque. Los embragues centrífugos permiten el empleo de motores más pequeños, ya que el motor puede arrancar libre de carga hasta que alcanza su velocidad óptima de funcionamiento, a la cual el embrague centrífugo añade suavemente la carga.
La principal aplicación de los frenos centrífugos es la limitación de la velocidad de p.ej.:
- el descenso de pesos o personas
- puertas de seguridad y cortafuegos: aplicaciones industriales
- aplicaciones de tiempo libre: Go Kart con cierto nivel de seguridad
Los embragues y frenos centrífugos están compuestos por un eje motriz con pesos centrífugos colocados a su alrededor. Los pesos centrífugos se mantienen en los ejes mediante resortes. En la parte externa de los pesos centrífugos hay almohadillas de fricción.
Vea el vídeo para saber más sobre el diseño y el funcionamiento de los elementos centrífugos: